Monday, July 10, 2006
El Dúo Dinámico resiste
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Pero no sólo el libro es pionero en su género. También lo ha sido la presentación que corrío a cargo, además del autor, de Manuel de la Calva y Ramón Arcusa, el “Dúo Dinámico”. Lectores asiduos de nuestro periódico, Manuel y Ramón han destacado de Federico Jiménez Losantos su sinceridad escrita y hablada en estos tiempos en los que "parece que está de moda ser progresista".
http://www.libertaddigital.com:83/php3/noticia.php3?fecha_edi_on=2004-09-30&num_edi_on=1446&cpn=1276234062&seccion=SOC_D
P: Algunos ignorantes pueden pensar que vosotros no os comprometéis políticamente, pero me consta que Manolo y Ramón han dado las justas opiniones en el momento oportuno, cuando la situación así lo requiso. No es el momento de demostrar nada a nadie, porque la ignorancia es un pecado que roza el delito. De todos modos, ¿cómo ve Manolo de la Calva el nacionalismo?
P: Algunos ignorantes pueden pensar que vosotros no os comprometéis políticamente, pero me consta que Manolo y Ramón han dado las justas opiniones en el momento oportuno, cuando la situación así lo requiso. No es el momento de demostrar nada a nadie, porque la ignorancia es un pecado que roza el delito. De todos modos, ¿cómo ve Manolo de la Calva el nacionalismo?
R: Manolo: Veo el nacionalismo como algo "corto de miras"; cuando todo se está globalizando y uniendo para hacer una defensa más amplia en cualquier sentido, o incluso para los negocios, cuando estamos mejor económicamente, entonces, vienen unos señores y dicen que se quieren separar para ir a peor, con toda seguridad. ¡Hay que viajar más!
[...]
P: ¿Qué valores defiende radicalmente en su vida Ramón Arcusa?
R: Ramón: Hombre, radicalmente, no defiendo casi nada, aunque pongo mucho énfasis en cuestiones políticas. Me molestan, por retrógrados, y estoy en contra, por ejemplo, de los nacionalismos y de los integrismos de cualquier tipo, sobre todo por lo que estamos viendo y viviendo día a día. Cada mañana leo todos los periódicos españoles allí donde esté. Y por supuesto defiendo la libertad y la tolerancia –mientras no se ataque la libertad de otros–. Soy fiel a mis amigos, soy solidario, voluntarioso, soy defensor de causas perdidas o de los más débiles, y ayudo a quien puedo ayudar aunque no lo conozca. Y el respeto es imprescindible para la convivencia. Eso viene, sin duda, de la educación cristiana en mi niñez, y de haber aprendido esos valores universales. Puede parecer que soy perfecto, pero no lo soy. Todo lo dicho es más un propósito en mi forma de vida que, a veces, los demonios tratan de atenuar o cambiar.